
Claudio César Montoto
La identidad humana está compuesta de rasgos físicos, heredados genéticamente, y culturales, como expresión de valores, creencias, arte y costumbres. Cada grupo se identifica en lo que comparte, en igualdad, como base común de su forma de ser.
En España, numerosas inmigraciones llegadas a la Península Ibérica están en la base de su composición étnica: los íberos, los celtas, los primeros colonizadores (griegos, fenicios y cartagineses), los romanos, los bárbaros y, a su vez, los moros (árabes).
En Hispanoamérica, en cada pueblo se mezclan influencias tanto del colonizador español como de los aborígenes de cada región, a pesar de que en muchas situaciones el colonizador trató de aniquilar a las comunidades indígenas locales. México, por ejemplo, tiene en las raíces de su historia a los aztecas. En la región andina central, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia y Argentina también de los guaraníes, que además habitaban al actual Paraguay y parte de Brasil y de Uruguay. Honduras, Guatemala, El Salvador y el sur de México, de los mayas.
Cada pueblo, por supuesto, aparte de compartir algunas raíces comunes, tiene sus particularidades culturales y, por lo tanto, también idiomáticas, denominadas variantes lingüísticas.
In: Nuevo Expansión. Henrique Romanos y Jacira Paes. São Paulo: FTD, 2010.
Debe estar conectado para enviar un comentario.