
Las excelencias del melón
Enrique Vivas y Roberto Pelta
A pesar de que el refranero popular suele ser un pozo de sabiduría enraizada en nuestra más pura tradición, algunos de estos asertos son difícilmente explicables desde el punto de vista de la ciencia médica actual. El melón es una suculenta fruta de sabor agradable que pertenece a la familia de las cucurbitáceas, compuestas, en su mayor parte, por agua (92,8 por ciento). En cuanto a sus principios inmediatos solo posee un 0,4 por ciento de proteínas, 0,2 por ciento de grasas y 6,4 por ciento de hidratos de carbono, y su poder energético es de 29 calorías por cada 100 gramos. Estas virtudes lo convierten en el alimento ideal para complementar regímenes de adelgazamiento, por lo que cuesta trabajo aceptar que pueda resultar indigesto.
Posiblemente, la «mala fama» nocturna del melón en algunas zonas, se deba al abuso que antaño pueda haberse cometido de idigestiones exageradas de dicho fruto. Téngase en cuenta que el cultivo de este producto es fácil y barato, y en épocas de carestía alimenticia no es de extrañar que muchos individuos se hayan dado verdaderos «atracones» del mismo ante la ausencia de otros alimentos más energéticos. El elevado porcentaje de agua proporciona una fugaz sensación de plenitud, que se mantiene, aunque de forma momentánea, lo cual obliga a repetir la misma operación gastronómica en un corto espacio de tiempo. Cantidades excesivas de cualquier comestible a la larga pueden resultar dañinas, pero el melón, de acuerdo con su composición centesimal y cualitativa, no puede considerarse como alimento responsable de lo que vulgarmente se conoce con el nombre de cólico.
Los 100 mitos de la salud. (Adaptado). Temas de Hoy. Madrid, 1996.
(En Dominio – Curso de Perfeccionamiento – Nivel C. Madrid: Edelsa, 2011.)
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