La muerte es el destino inexorable de toda vida humana. A muchos su sola idea asusta y angustia. Pero ¿por qué no imitar al pueblo mejicano y vivirla con alegría? Si es inevitable, ¿por qué no reconciliarnos con ella? ¿Por qué no enfrentar nuestro miedo con la burla? ¿Por qué no festejar en lugar de llorar?
Para los mejicanos la muerte es como un espejo que refleja la forma en que uno ha vivido. Cuando la muerte llega, ilumina la vida de uno. Para ellos, si la muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo la vida.
Más que el hecho de morir, importa lo que sigue al morir. Ese otro mundo desconocido y comienzo de algo nuevo.
Luto y alegría, diversión y tristeza, son los sentimientos del pueblo mejicano frente a la muerte: ellos también le tienen miedo pero a diferencia de otros, los reflejan burlándose, jugando y viviendo con ella. Irónicamente, la llaman «calaca», la «huesuda», la «flaca», la «parca».
El 2 de noviembre se recuerda no sólo a los muertos sino a la continuidad de la vida: los cementerios del país se llenan de gente ansiosa por compartir esta fecha con sus difuntos. Familiares y amigos llegan a la tumba de su ser querido, con flores, comida y música para disfrutar en su compañía.
En la mayoría de los casos la fiesta continúa en la casa de alguno, haciendo honor al célebre dicho popular: «El muerto al cajón y el vivo al fiestón».
En las casas se improvisan los famosos altares: sobre una mesa cubierta con un mantel, se coloca una fotografía de la persona fallecida y allí se hacen las ofrendas.
El rito de la ofrenda es respetado por toda la familia; todos participan recordando a los que se han ido, y quienes, según se cree, regresan este día para gozar lo que en vida más disfrutaban. Se colocan velas, flores, guirnaldas y los objetos personales preferidos del difunto. También se disponen platos tradicionales de la cocina mejicana y todo se adorna con calaveritas de azúcar. Entre las ofrendas más importantes está el «pan de muerto»: un pan dulce preparado especialmente para la ocasión y el cual se adorna con formas de huesos de la misma masa.
El aire de la casa se impregna con el aroma del copal que se quema en sahumadores, según la creencia de que los aromas atraen al alma que vaga.
Con todo esto, no digo que uno quiera morirse pero finalmente, ¿no estaría tan mal, no?
En Leia & Pense em Espanhol – Alta Books Editora, 2011.
Ubicado a pocos kilómetros al norte de Córdoba, en plena Sierra Morena se encuentra el parque periurbano de Los Villares. Es un espacio protegido que se caracteriza por un frondoso bosque mediterráneo dominado por encinas, pinos y matorrales típicos de la zona.
Entre otras instalaciones cuenta con un centro de visitantes, camping, varios miradores, senderos señalizados, una amplia zona de aparcamiento y un área recreativa. Este último, es el lugar donde muchos cordobeses pasan el Día de San Rafael para celebrar sus tradicionales peroles.
Con una extensión de más de 485 hectáreas este parque periurbano es especialmente idóneo durante las noches de verano para observar la lluvia de estrellas de San Lorenzo ya que la contaminación lumínica es baja y las temperaturas agradables.
El arcángel San Rafael es el custodio de Córdoba desde la Edad Media. Cuando media Europa fue devastada por la peste y miles de personas perdieron sus vidas como consecuencia de esta epidemia, toda la ciudad se encomendó a San Rafael y, como si fuera prácticamente un milagro, la peste causó poco daño entre los cordobeses.
Originariamente, la festividad de San Rafael se celebraba el 24 de octubre hasta que en el año 1970, las festividades en honor a los arcángeles San Gabriel, San Miguel y San Rafael fueron reunidas en el 29 de septiembre. No obstante, y por la gran devoción a su figura, se le concedió a la ciudad de Córdoba el privilegio de mantener la fiesta de San Rafael según la tradición. En su honor, en muchas plazas de Córdoba, se han levantado “triunfos” para venerar su imagen.
Cabe aclarar que, a pesar de la devoción que goza su figura, el arcángel San Rafael no es el patrón de la ciudad, como muchos cordobeses creen. Este honor corresponde a San Acisclo y Santa Victoria, que en época romana fueron perseguidos y torturados hasta la muerte por no renunciar a su fe cristiana. Tras su muerte, sus cuerpos fueron arrojados al río Guadalquivir. Al no hundirse sus cuerpos en el agua y volver a flote una y otra vez, fueron quemados y sus cenizas dispersadas.
Hoy, podemos apreciar una pequeña ermita que fue levantada en su honor y que se encuentra junto al río, próximo al recinto ferial de El Arenal. También, hay un pequeño nicho en el Puente Romano que frente a la estatua de San Rafael recuerda a estos mártires.
Este día muchos cordobeses van al campo donde hacen un “perol” pasando el día con amigos y familiares, hecho que se ha convertido en una costumbre. Uno de los lugares preferidos para estar ese día en familia es el parque periurbano de “Los Villares”.
La hispanidad se refiere a la generalización del carácter de los pueblos de lengua y cultura hispánica, o sea, aquellos pertenecientes o relativos a España y a los países y culturas de habla española.
Hispanidad deriva de la palabra hispánico, del latín hispanicus, término usado por los romanos para señalar aquellos que pertenecían a la Antigua Hispania, actualmente la península Ibérica.
Los romanos empezaron a conquistar la península Ibérica desde el año 218 a. de C. terminando 200 años después con diez años de Guerras Cántabras.
La hispanidad también se refiere a la comunidad o grupo de habla española y lo relacionado al término criollo¹.
El Día de la Hispanidad es celebrado por España el 12 de octubre. Originalmente, esta celebración se introdujo en el año 1913 como la Fiesta de Raza por el español Faustino Rodríguez-San Pedro (1833-1925), levantando desde entonces controversias en el mundo hispanohablante.
Fue el escritor y filósofo español Miguel de Unamuno (1864-1936) el que introduce la palabra “hispanidad” en el año 1910, pero es solo en el año 1926 cuando comienza a ser usado ampliamente, y Unamuno publica en 1927 el libro Hispanidad en Buenos Aires, Argentina.
El embajador español en Argentina, Ramiro de Maeztu (1875-1936), consolida el término “hispanidad” en el año 1937 con su libro En defensa de la hispanidad, apelando que si la cristiandad caracteriza a todos los pueblos cristianos, entonces sería correcto usar la palabra hispanidad para referirse a todos los pueblos hispánicos.
La Academia Española de la Lengua comenzó a celebrar oficialmente el Día de la Hispanidad en el año 1953, en Madrid.
¹El término “criollo” era usado originalmente para designar a los descendientes europeos o africanos nacidos y naturalizados en el continente americano o también llamada erróneamente Indias orientales. El origen de la palabra difiere si la fuente es española o portuguesa: según las fuentes españolas, “criollo” viene de “crío” que es como designaban los españoles a sus hijos nacidos en América; según las fuentes portuguesas, “criollo” viene de “crioulo” que era la forma en que los portugueses designaban a los esclavos nacidos en América.
EL 12 DE OCTUBRE
El día 12 de octubre se conmemora el encuentro entre el mundo europeo y la pluralidad de las culturas aborígenes del actual continente americano, que se produjo en el año 1492, fecha en que Cristóbal Colón arribó a las costas de América.
Hasta entonces, Europa y América desconocían mutuamente la existencia de la otra. De hecho, el navegante genovés, al trazar su ruta hacia la India, pensaba que llegaría a la costa occidental del subcontinente asiático, y por eso bautizó a estas tierras como las Indias Occidentales. Nunca, en vida, llegó a enterarse de que el lugar al que había llegado era en realidad un inmenso continente, que solo tiempo después cartografió Américo Vespucio.
La celebración del 12 de octubre nace con la idea de conmemorar el encuentro y fusión entre distintas culturas, formas de hablar y entenderse, de ver e imaginar el mundo, que se produjo entre los indios americanos, habitantes aborígenes del continente, y los europeos. Este día supone el nacimiento de una nueva identidad y patrimonio cultural, producto de la colonia.
La denominación que ha sido más empleada históricamente (aunque hoy en día muchos países no la usen) fue la inicial “Día de la Raza”.Fue utilizada por primera vez en 1914.
Este festejo fue creado en sus inicios por el ex ministro español Faustino Rodríguez-San Pedro, quien a la postre era el presidente de la Unión Iberoamericana.
Sin embargo, cada país, en función de sus procesos sociales, políticos e históricos, ha adaptado la lectura e interpretación del hecho histórico efectivo del arribo de Cristóbal Colón y del hombre europeo al continente americano de acuerdo a su concepción de la historia.
Así, en algunos países, el 12 de octubre es considerado un día festivo o feriado, pese a que los críticos sostienen que en este día no hay nada que celebrar, pues supuso el inicio del genocidio, la destrucción, la humillación y el saqueo de América por parte de Europa.
Para los defensores de festejar el 12 de octubre, sin embargo, no se puede valorar adecuadamente el pasado si no se lo comprende. Por ello, consideran que el 12 de octubre, independientemente de lo que ocurrió después, constituye un hito en la historia de la humanidad y debe ser conmemorado para recordar de donde venimos.
El 12 de octubre es celebrado en los países hispanoamericanos, pero también en Estados Unidos y España. Dependiendo del país, este festejo recibe diferentes nombres. A saber:
Día de la Raza y Descubrimiento de América
México
Día de la Raza
Honduras
Día de la Raza y la Hispanidad
Colombia
Día de la Hispanidad o Día de Fiesta Nacional
España
Día de la Hispanidad
El Salvador
Día de las Américas
Uruguay
Día de las Culturas
Costa Rica
Día de Respeto a la Diversidad Cultural
Argentina
Día de la Identidad y la Diversidad Cultural
República Dominicana
Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural
Perú
Día de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad
Sale loco de contento, Con su cargamento, Para la ciudad, si, para la ciudad. Lleva en su pensamiento, Todo un mundo lleno De felicidad, si, de felicidad. Piensa remediar la situación Del hogar, que es toda su ilusión, ay.
Y alegre el jibarito va, Pensando así, diciendo así, Cantando así por el camino: “Si yo vendo la carga mi dios querido, Un traje a mi viejita voy a comprar”.
Y alegre también su yegua va, Al presentir que aquel cantar, Es todo un himno de alegría, En eso le sorprende la luz del día Y llegan al mercado de la ciudad.
Borinquen, la tierra del edén, La que, al cantar, el gran gauthier, Llamó la perla de los mares, Ahora que tú te mueras con tus pesares, Déjame que te cante yo también. Yo también.
Pasa la mañana entera, Sin que nadie quiera Su carga comprar, ay, su carga comprar. Todo, todo está desierto Y el pueblo está lleno De necesidad, ay, de necesidad. Se oye este lamento por doquier, De mi desdichada borinquen, sí.
Y triste el jibarito va, Pensando así, diciendo así, Llorando así por el camino: ¿Qué será de borinquen mi dios querido? ¿Qué será de mis hijos y de mi hogar?
Oh borinquen, la tierra del edén, La que, al cantar, el gran gauthier, Llamó la perla de los mares, Ahora que tú te mueras con tus pesares, Déjame que te cante yo también, Borinquen de mi amor.
Yo soy hijo de borinquen Y eso nadie va a cambiar, Yo soy hijo de borinquen Y eso nadie va a cambiar, Y el día que yo me muera, En ti quiero descansar, Yo te adoro puerto rico Y eso nadie me lo va a quitar.
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