Publicado en Celebración

Gaspar, Melchor y Baltasar

Puerto Rico

Editores de la Revista Think Spanish

Eran los tiempos en que mi abuelo me llevaba a recoger pasto para los camellos. Íbamos al patio y yo ponía toda la hierba en una caja grande. Los nervios no me dejaban dormir esa noche pero mi abuela se aseguraba de que, sobre todo, no saliera de mi habitación.

La noche del 24 de diciembre todos los niños puertorriqueños esperan a Santa Claus o al viejo gordo como también le decimos en la isla. Esta es una tradición adoptada de los Estados Unidos, aunque la celebración más importante de Puerto Rico tiene lugar en la madrugada del día 6 de enero. La noche del día 5 todos los pequeños salen a recoger hierba fresca que dejan en una caja debajo de la cama para los camellos que traen a los Tres Reyes Magos desde tierras lejanas. Hierba fresca y agua es lo que encuentran los reyes quienes, a cambio de tanta demostración de cariño, dejan obsequios a los niños a lo largo y ancho de todo el país.

Días antes pueden leerse miles de cartas escritas por los más pequeños pidiendo su juguete favorito, un deseo feliz para su familia o simplemente deseando que los reyes visiten su casa. Gaspar, Melchor y Baltasar son los verdaderos reyes de nuestra Navidad boricua. La historia de los Tres Reyes Magos se remonta al nacimiento del niño Jesús en un humilde pesebre en Belén.

Fueron ellos quienes, guiados por la Estrella de Belén, llagaron hasta el recién nacido para ofrecerle oro, mirra e incienso. Desde entonces, cada diciembre muchas personas miran al cielo por la noche buscando la estrella que guió a estos entrañables personajes. Asimismo, el día 5 de enero el primer mandatario del país abre las puertas de la Fortaleza y, entre música y comida típica, honra a todos los niños quienes con su inocencia devuelven la esperanza y alegría. Se trata de una fiesta familiar y de pueblo que se extiende hasta el anochecer.

En Puerto Rico el periodo navideño comienza depués de la celebración del Día de Acción de Gracias y se extiende hasta la segunda semana de enero cuando nos deleitamos con las octavitas, los últimos ochos días de fiesta donde aún puede sentirse el aire festivo. Yo no escapo a esta tradición. Lo mismo que hice de niña lo hago de adulta. Todos los años espero a los Tres Reyes Magos junto a mis hijos con la misma emoción que sentía cuando era pequeña. Nuestras tradiciones nunca deben morir.

En Leia & Pense em Espanhol – Alta Books Editora, 2011.